Queridos amigos:
Es un verdadero placer (por partida triple, como veréis) prologar otro número de REACA, nuestra revista.
En primer lugar, porque este editorial me da la oportunidad de agradecer en primera persona vuestro apoyo en las pasadas elecciones a las vocalías de la Junta Directiva de la Asociación Española de Artroscopia (AEA). Desde que asumí la vocalía de investigación he podido comprobar el titánico esfuerzo que la junta pone en velar por el bienestar y mejor interés de los socios (con propuestas que llegan cualquier día y a cualquier hora, creedme), y formar parte de su equipo me está resultando tan enriquecedor como ilusionante.
Por otro lado, porque este nuevo número de REACA refleja de forma especialmente clara la utilidad de dos de las iniciativas que la AEA ofrece a sus socios bajo el paraguas de la vocalía que represento: los grupos de trabajo y las becas de ayuda a la investigación.
En este número se publican sendos trabajos procedentes del Grupo Ibérico de Preservación de Cadera (GIPCA)(1) y del Grupo de Estudio de Lesiones Músculo Tendinosas (GELMUT)(2). Ambos grupos son buena muestra del compromiso de la asociación con la producción científica y del excelente trabajo que sus miembros desarrollan. Desde la vocalía os animamos a proponer la creación de nuevos grupos de trabajo, en los que poder desarrollar vuestras inquietudes científicas para publicar posteriormente sus conclusiones en esta revista.
También encontrareis una publicación que es producto de un proyecto de investigación premiado con una de las becas financiadas por la Fundación Española de Artroscopia(3). Creo que es una gran idea que los autores devuelvan la ayuda prestada publicando su trabajo en la revista y os animo a consultar las bases y normas de estas becas en la página web de la vocalía: como ya dije en mi presentación, los recursos de nuestra sociedad están a vuestra disposición.
Por último, me alegra escribir estas líneas porque esto significa que la Revista Española de Artroscopia y Cirugía Articular sigue navegando a pesar de las dificultades, como la balsa de la Medusa. Que cirujanos e investigadores de tanto prestigio sigan eligiéndonos para compartir el producto de sus esfuerzos es motivo de gran orgullo y alegría, y la mejor señal de la buena salud de este proyecto que vincula y conecta a todos los socios.
La difusión de la cirugía artroscópica fue uno de los pilares fundamentales sobre los que se cimentó la AEA, desde su fundación en 1982. El congreso nacional, los cursos de formación, el recién estrenado máster en artroscopia y la REACA son los vehículos naturales para dicho fin, y si a ello sumamos las becas y bolsas viajeras (que facilitan que nuestros socios visiten otros centros en Europa y Latinoamérica), y otros proyectos actualmente en desarrollo (como la creación de una videoteca de técnicas quirúrgicas), es obligado reconocer que la asociación sigue cumpliendo con ese compromiso formativo en la actualidad.
La revista que os ofrecemos representa otro logro de los socios fundadores que ha superado los embates del tiempo y el oleaje, como esa balsa del cuadro de Géricault (Figura 1)(4). REACA resiste y avanza gracias al esfuerzo combinado de los muchos compañeros que, desde distintos puntos del país, dedican su tiempo a investigar y del arduo trabajo de los miembros del Comité Editorial, cuya labor encomiable merece mi elogio.
Reitero el compromiso de la vocalía de investigación de facilitar que los socios de la AEA encuentren respuestas a sus preguntas y lo hago con la seguridad de que la Revista de Artroscopia y Cirugía Articular seguirá difundiendo los resultados, como siempre ha hecho. Contra viento y marea.
Pablo Crespo Hernández
Sección de Miembro Inferior
Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología
Hospital Universitario Ramón y Cajal, Madrid
Editor invitado